En una manifestación sin precedentes de resistencia y movilización global, la oposición venezolana, liderada por María Corina Machado, ha convocado a marchas masivas en Caracas y en más de 300 ciudades alrededor del mundo. Estas protestas surgen como respuesta a las recientes elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente con el 52% de los votos, un resultado que la oposición rechaza categóricamente, alegando fraude electoral.
María Corina Machado, una figura central en la lucha contra el chavismo, lideró la convocatoria a través de redes sociales, prometiendo un “día histórico” y calificando estas manifestaciones como una “gran protesta mundial por la verdad”. La exdiputada ha instado a los venezolanos, tanto dentro como fuera del país, a mantener la lucha y no desmoralizarse ante las tácticas del régimen. “Al saberse desnudo, entonces qué hace: mentira, represión, violencia y desmoralización. La desmoralización es la estrategia del régimen”, declaró Machado en una transmisión en vivo el viernes, un día antes de las protestas.
El candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, también ha sido vocal en su rechazo a los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). En un mensaje grabado antes de la protesta en Caracas, González agradeció el apoyo de los venezolanos en el exterior y aseguró: “Hemos demostrado al mundo que ganamos”. Además, en un intento por validar su reclamo, la oposición publicó en línea copias de más del 80% de las actas de votación, que, según ellos, prueban el fraude electoral.
Las protestas se han llevado a cabo en diversas ciudades de Europa, Asia y América Latina. En países como Corea del Sur, Inglaterra, Alemania, España, Japón y Australia, las comunidades venezolanas y sus simpatizantes han salido a las calles en apoyo a la causa. Se espera que las manifestaciones en América Latina se intensifiquen durante la tarde y la noche de este sábado, con marchas programadas en ciudades clave como Bogotá, Buenos Aires, Lima y Ciudad de México.
Este movimiento global marca un momento crucial en la lucha de la oposición venezolana por la democracia y contra lo que consideran un régimen autoritario.
