Cada 26 y 27 de julio, la calle Cochabamba en Tarija se llena de vida y alegría con la celebración de la fiesta de Santa Anita, una festividad dedicada a los niños y a las tradiciones locales. Este evento, que se ha convertido en una tradición inquebrantable para los tarijeños, resplandece con la venta de masitas, artesanías en miniatura y platos típicos, todo realizado por pequeñas manos que perpetúan la memoria colectiva de su pueblo.
Las Raíces de la Celebración
La fiesta de Santa Anita tiene una historia rica y vibrante. Originada en los años 60, la festividad casi se pierde durante la Guerra del Chaco, pero fue revivida en la década de los 40 gracias a figuras como el alcalde Isaac Attie y el padre Bartolomé Attard. En sus inicios, la festividad era un evento simple donde los niños vendían sus productos y realizaban intercambios con botones de concha, una práctica que ha desaparecido con el tiempo.
Una Fiesta para los Niños
Hoy, la fiesta sigue siendo un espacio donde los niños son los protagonistas. Acompañados por sus madres, los pequeños exponen sus productos en la calle Cochabamba, también conocida como la «Calle Ancha» por ser una de las más amplias de la ciudad. Este año, la municipalidad de Tarija ha extendido la celebración a dos días, permitiendo una mayor participación y disfrute de las tradiciones locales.
El Espíritu de Santa Anita
Durante la festividad, los niños se visten con trajes típicos tarijeños, como el «chapaquito» y la «linda mocita», y ofrecen productos tradicionales en miniatura. Este evento no solo es una feria comercial, sino una manera de preservar la identidad cultural y las tradiciones del pasado. El alcalde Johnny Torres, quien inauguró la festividad y encabezó una procesión, enfatizó la importancia de mantener viva esta tradición, destacando que «cuidar a Santa Anita es cuidar la memoria colectiva de este pueblo».
Una Fiesta de la Comunidad
Santa Anita no solo es un evento para los niños, sino un reflejo de la comunidad tarijeña en su conjunto. La festividad incluye una procesión que sale de la parroquia de San Roque, un acto que une a la comunidad en celebración y reflexión. Aunque la moneda de concha ha sido reemplazada por dinero, el espíritu de la festividad sigue siendo el mismo: un momento de alegría y unidad para todos los participantes.
La fiesta de Santa Anita es una celebración que trasciende generaciones, uniendo a la comunidad tarijeña en torno a sus costumbres y tradiciones. Con cada año que pasa, la calle Cochabamba se convierte en el escenario de una fiesta que, aunque ha evolucionado, mantiene su esencia y su propósito original: celebrar la niñez y la cultura de Tarija.