Este miércoles, miles de manifestantes se congregaron frente al Capitolio en Washington D.C., en una protesta masiva contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. La manifestación surge en un contexto de creciente tensión internacional y rechazo a la prolongada guerra en Gaza.
Los manifestantes, que ondeaban banderas palestinas y portaban pancartas, exigieron un cese al fuego en Gaza y la detención de Netanyahu, quien enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional. La protesta se tornó violenta cuando la policía utilizó gas pimienta para dispersar a la multitud que se encontraba en enfrentamiento con las fuerzas del orden.
El doctor Karameh Kuemmerle, presente en la protesta, expresó su horror por la devastación del sistema de salud en Gaza, reflejando el sentimiento generalizado de los participantes. Carteles en la manifestación incluían citas bíblicas como «Busca la paz y persíguela» y llamaban a la captura de Netanyahu por crímenes de guerra.
En el Capitolio, Netanyahu se dirigió al Congreso solicitando apoyo continuo de Estados Unidos en la guerra contra Hamás, que comenzó con los ataques del movimiento islamista el 7 de octubre. El primer ministro israelí fue aplaudido en varias ocasiones por los legisladores presentes, mientras que los manifestantes afuera se mostraban en desacuerdo con el apoyo estadounidense a la ofensiva militar israelí.
Durante la protesta, algunos manifestantes derribaron y quemaron banderas estadounidenses frente a la Union Station, y una escultura con la cara de Netanyahu fue también quemada. Hubo varios estallidos de origen desconocido, aumentando la tensión en el área.
La manifestación, organizada por palestinos y judíos, denunció a Estados Unidos y a Israel por «genocidio» y exigió el fin de la ayuda estadounidense a Israel. Los organizadores argumentaron que estos fondos deberían ser utilizados para mejorar la educación en lugar de financiar conflictos.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con Israel intensificando sus ataques y el número de víctimas aumentando significativamente. La ofensiva israelí ha resultado en la muerte de más de 39.000 personas en Gaza, mientras que los ataques de Hamás el 7 de octubre causaron la muerte de 1.197 personas en el sur de Israel y el secuestro de 251 personas.