La violencia contra la prensa volvió a manifestarse en Bolivia. Esta vez ocurrió en el Valle Alto de Cochabamba, donde un grupo de movilizados afines al ala ‘evista’ del MAS agredió a periodistas que cubrían un punto de bloqueo.
Durante la cobertura, los comunicadores fueron atacados con petardos lanzados directamente hacia ellos, insultados y obligados a abandonar el lugar. Lejos de condenar el hecho, el dirigente Nelson Virreira justificó la violencia:
“Hay que también entender que las agresiones son también de algunos medios de comunicación. No informan la verdad… por eso la gente de base reacciona”, declaró.
Sin embargo, la violencia no se limitó a los medios. Varios transeúntes también fueron víctimas de agresiones. Una madre, visiblemente afectada, denunció que intentaron quitarle el celular a su hijo y lo golpearon:
“¡Están borrachos esos tipos! No son de aquí, nosotros sí. Estamos molestos”, afirmó entre lágrimas.
Pese a estos testimonios, Virreira intentó restar importancia a los hechos, asegurando que el bloqueo no impide el paso peatonal. No obstante, los reportes desde la zona desmienten esa afirmación y muestran un entorno hostil tanto para periodistas como para ciudadanos.
Organizaciones defensoras de la libertad de prensa exigen garantías para el trabajo periodístico y condenan la normalización de la violencia contra quienes informan.