El sector panificador decidió reducir el gramaje del pan de 1 boliviano a solo 50 gramos, como respuesta al incremento constante en los costos de producción. Así lo anunció su dirigente, Dilber Flores Pérez, en una reunión autoconvocada del sector, donde se expuso públicamente una hoja de costos que, según argumentaron, demuestra que actualmente están trabajando a pérdida.
Flores afirmó que no se puede mantener el precio anterior sin afectar la rentabilidad del producto. “Esta crisis nosotros como sector panificador no estamos dispuestos a seguir asumiéndola”, expresó. Indicó que el precio del quintal de harina ha pasado de costar entre 230 y 250 bolivianos a más de 350 y hasta 370 bolivianos, mientras que la caja de manteca subió de 275 a 370 bolivianos. También aumentaron los precios de la levadura, la sal, el personal de apoyo y especialmente la leña, que ahora cuesta hasta 2.000 bolivianos la camionada.
El pan de 2 bolivianos será vendido a razón de 3 unidades por 5 bolivianos, señalaron. Rechazaron cualquier intento de regulación de los costos de producción por parte de las autoridades y exigieron que el control de precios se enfoque en los especuladores de insumos en las fronteras.
Durante el acto, panificadoras increparon a la concejala Marcela Guerrero, acusándola de estar en su contra. La situación se tensó hasta que Guerrero tuvo que abandonar la plaza principal de Santa Cruz y refugiarse en el edificio del Concejo Municipal, desde donde convocó al diálogo con los representantes del sector para aclarar el conflicto. La concejala negó haber instado al boicot del pan elaborado en Lajas y aseguró que la situación se trató de una desinformación. Confirmó que está apoyando emprendimientos panificadores, pero sin intención de afectar al gremio.