Cataleya, una niña de solo 4 años, vivió una experiencia desgarradora que expone las falencias del sistema de salud en Bolivia. El 3 de noviembre, comenzó a mostrar síntomas preocupantes: fiebre alta y malestar general. Su madre, Lolaida, la llevó al “Centro de Salud Sarcobamba” en busca de ayuda, pero la respuesta fue decepcionante. A pesar de tener una fiebre de 39 grados, la médica diagnosticó amigdalitis y le recetó solo amoxicilina e ibuprofeno, sin ofrecer un tratamiento más adecuado.
La situación de Cataleya empeoró durante la noche, con vómitos y deshidratación, lo que obligó a la familia a acudir nuevamente al centro de salud. Desde allí, se trasladaron al “Hospital del Norte”, donde les realizaron algunos exámenes. Sin embargo, el diagnóstico solo indicaba que necesitaban una hoja de referencia de un centro de salud para enviarla al “Hospital del Niño”.
La familia, desesperada, acudió a varios centros de salud, incluyendo el “Edgar Montaño”, donde les informaron que debían regresar a Sarcobamba para obtener la referencia. Sin opciones y con la salud de Cataleya deteriorándose rápidamente, finalmente fue admitida en el “Hospital del Niño”, pero ya era demasiado tarde. A pesar de los esfuerzos médicos, la niña falleció el 5 de noviembre a las 12:30 p.m., después de pasar toda la noche sin atención adecuada.
El caso de Cataleya revela la realidad de un sistema de salud que antepone la burocracia y los trámites a la vida de los pacientes. Su historia no debe ser olvidada, sino que debe ser un llamado urgente a la reflexión sobre la necesidad de reformar un sistema que falla a aquellos que más lo necesitan.