El presidente Luis Arce y varios ministros, incluyendo a María Nela Prada (Presidencia), Edmundo Novillo (Defensa) y Sergio Cusicanqui (Planificación del Desarrollo), se quedaron plantados la tarde-noche del viernes en el Ministerio de Educación, esperando el diálogo con el expresidente Evo Morales, quien decidió no asistir.
La ministra Prada había anunciado la cita para las 18:00, destacando la importancia de formalizar la invitación para evitar futuras negaciones. Sin embargo, al momento de la reunión, Arce y sus ministros ya sabían que Morales se encontraba en camino a Ayo Ayo y, a pesar de ello, decidieron continuar esperando.
La convocatoria al diálogo llegó tres días después del inicio de la «Marcha para salvar Bolivia», organizada por el ala radical del Movimiento Al Socialismo (MAS), que exige soluciones a la crisis actual y reivindicaciones partidarias, incluida la validación del congreso de Lauca Ñ y la no inhabilitación de la candidatura de Morales.
Durante la marcha, Morales evitó comentar sobre la convocatoria, indicando que no había nada oficial. A pesar de ello, el Ministerio de la Presidencia envió a un funcionario con una carta para Morales, pero el intento fue interrumpido por marchistas que agredieron al abogado.
Más tarde, Morales calificó el incidente como «una abierta provocación». La ministra Prada reiteró la invitación al diálogo, instando a Morales a asistir antes de que inicie la marcha.
En una clara confrontación, Arce había criticado previamente a Morales, sugiriendo que el exmandatario busca un golpe y que sus ambiciones personales prevalecen sobre el bienestar del país. La situación sigue tensa mientras Morales avanza hacia La Paz, programando una entrada a la sede de gobierno.
