En un giro inesperado, Bolivia ahora se ubica como la tercera economía con mayor inflación acumulada en lo que va del año en Latinoamérica, solo por detrás de Argentina y Venezuela, según un reciente reporte de Bloomberg. Este cambio se produce después de que, en meses anteriores, Bolivia se posicionaba como el país con la inflación acumulada más baja de la región, una narrativa que había sido utilizada por el Gobierno para destacar la estabilidad económica del país.
De acuerdo con Bloomberg, Bolivia también es la quinta economía con la mayor inflación interanual, alcanzando el 5,19% en los últimos doce meses. Este repunte ha sido impulsado por un aumento en los precios de productos clave, como las bebidas gaseosas (8,56%), la carne de pollo (5,91%), la papa (15,93%), productos de papelería (5,01%), pasta dental (13,29%) y televisores (9,36%).
El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en agosto fue de 1,58%, la más alta en lo que va del año. Esto refuerza la tendencia de aceleración de precios que ha venido afectando a la población boliviana.
A nivel regional, los datos de inflación acumulada sitúan a Argentina como el país con la cifra más alarmante, con un 94,8% hasta agosto de 2024 y una inflación interanual del 236,7%. Le sigue Venezuela con una inflación acumulada del 11,2% y 35,5% interanual, según el Banco Central de Venezuela, aunque el Observatorio Venezolano de Finanzas la estima en 52% interanual y 26,1% acumulada.
Bolivia se encuentra en una situación complicada, con una inflación acumulada del 4,61% y la necesidad de controlar la subida de precios en productos básicos que impactan directamente en el poder adquisitivo de los ciudadanos. Países como Colombia, Uruguay, y Honduras completan el ranking regional con inflaciones acumuladas menores, pero aún significativas.
Este escenario plantea desafíos importantes para la economía boliviana, que debe enfrentar la presión inflacionaria y sus efectos en el bienestar de la población.