La frontera Bermejo-Argentina sigue siendo un punto vulnerable: delincuentes escapan fácilmente, incluidos agresores sexuales y feminicidas, mientras las autoridades reconocen falta de personal y control.
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La vulnerabilidad de la frontera entre Bermejo y Argentina sigue generando preocupación, especialmente por el flujo de contrabando y la creciente inseguridad debido al libre paso de delincuentes que cometen delitos en Bolivia y huyen al país vecino.
El caso más alarmante fue el del presunto feminicida de Wanda I.M.V., asesinada el 2 de mayo en presencia de sus hijos. Su pareja, Marcelo Nieves Portal, presuntamente cruzó la frontera tras el crimen y permanece prófugo a pesar de la activación del sello rojo de Interpol.
La Policía reportó también varios casos de abuso sexual, donde los sospechosos huyen a Argentina aprovechando su nacionalidad, dificultando su captura. Algunos casos logran resolverse mediante extradiciones, pero la mayoría de los implicados permanecen prófugos.
En el ámbito de delitos patrimoniales, destacan robos millonarios cometidos por bandas mixtas de bolivianos y argentinos, quienes cruzan la frontera para evadir a la justicia. Aunque algunos han sido capturados, otros escaparon gracias a la falta de controles eficaces.
La situación se agrava por la escasez de efectivos policiales, lo que debilita las tareas de patrullaje y prevención. Aunque existen acuerdos bilaterales y Argentina desplegó su Plan Güemes para reforzar la seguridad, los delincuentes siguen aprovechando los pasos clandestinos.
Autoridades locales y nacionales coinciden en que se necesita mayor personal y recursos para frenar esta ola delictiva que afecta tanto a bolivianos como argentinos.
