El exgeneral Juan José Zúñiga solicitó formalmente asilo político en el extranjero, denunciando una “persecución política sistemática y coordinada” en su contra y advirtiendo que su vida y la de su familia corren serio peligro en Bolivia.
A través de una carta enviada a embajadas y organizaciones de derechos humanos en el país, Zúñiga pidió que se considere “con máxima urgencia” su solicitud de asilo, asegurando que ha sido “acusado, estigmatizado y sometido a procesos arbitrarios” por su posición crítica hacia el Gobierno actual. También aseguró que ha sido silenciado y que no se le ha permitido ampliar su declaración en el marco de las investigaciones por los hechos ocurridos el 26 de junio.
En su misiva, el exgeneral también denunció que su familia sufre actos de hostigamiento y vigilancia, lo que refuerza, según él, la necesidad de establecer un “corredor humanitario seguro” para salir del país.
Zúñiga fue contundente al responsabilizar directamente al presidente Luis Arce y a sus operadores políticos y judiciales por cualquier daño que pueda sufrir él o su familia.
Respecto a los hechos del 26 de junio, que el Gobierno calificó como un intento de golpe de Estado, Zúñiga aseguró que se trató de una “estrategia política deliberadamente confabulada” por el propio presidente Arce, con dos objetivos claros: “distraer al pueblo boliviano de la grave crisis económica” y “fabricar una narrativa para perseguir a opositores políticos y militares patriotas bajo el pretexto de proteger la democracia”.