En su primer mensaje al mundo, el papa León XIV expresó que una de las principales misiones de la Iglesia católica es «construir puentes de paz», enviando un mensaje de esperanza a los más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo.
El pontífice también remarcó la importancia de que la Iglesia esté cerca de los que más sufren, brindándoles consuelo y apoyo. Este llamado fue recibido con optimismo por feligreses de diferentes países, especialmente en América Latina, una región con la que León XIV mantiene una fuerte conexión.
Aunque nació en Estados Unidos, Robert Prevost –ahora León XIV– pasó gran parte de su vida sacerdotal en Perú, particularmente en Chiclayo, donde ejerció su labor pastoral entre 1988 y 1998. Fue un periodo marcado por la violencia del grupo terrorista Sendero Luminoso. Durante esos años, mostró cercanía con la población afectada y se pronunció abiertamente contra las violaciones a los derechos humanos.
Ahora como papa, enfrenta el gran desafío de liderar una Iglesia golpeada por escándalos, particularmente por las denuncias de abuso sexual por parte de sacerdotes. Se espera que León XIV promueva estrategias firmes para prevenir estos delitos y restaurar la credibilidad de la Iglesia.
Otros desafíos en su agenda incluyen la crisis vocacional, especialmente en países como Bolivia, donde los seminarios están casi vacíos. También deberá asumir posiciones frente a debates intensos como el celibato sacerdotal, la ordenación de mujeres y el aborto.
En las próximas semanas se sabrá si León XIV seguirá la línea progresista de su predecesor, el papa Francisco, o adoptará una postura más conservadora frente a los temas candentes de la Iglesia católica.
