La esposa del exgeneral Juan José Zúñiga, recluido en el penal de El Abra por su presunta participación en la toma militar de la Plaza Murillo el 26 de junio de 2024, realizó una grave denuncia pública sobre las condiciones en las que se encuentra su esposo, calificándolas de inhumanas y peligrosas para su salud física y mental.
Entre lágrimas, denunció que Zúñiga está completamente aislado en el bloque C de máxima seguridad, sin contacto humano, sin ventana y con acceso limitado a alimentos y agua. “Está encerrado en un cuarto donde no tiene ni con quién hablar, no hay ventana. Yo no sé qué ser humano puede vivir así. Ni que fuera el peor criminal mi esposo”, expresó con indignación, denunciando la ausencia de Estado de derecho y trato digno.
A estas declaraciones se sumó su abogada, Silvia Tapia, quien aseguró que “lo están matando lentamente” y acusó directamente al Ministerio de Gobierno por esta situación. “No le dan alimentos ni agua. La suscrita abogada ha tenido que llevarle comida diariamente porque el Estado no lo hace. Lo están quebrando psicológicamente”, sostuvo con firmeza.
Las declaraciones de ambas se produjeron después de la visita de una comisión del Senado al penal de El Abra, en el marco de las investigaciones legislativas sobre el intento de toma militar. La esposa del excomandante agradeció la presencia de los senadores, pero criticó que no se le permitiera hablar ni recibir visitas. “Tengo un niño de siete años que extraña a su padre. Esto no tiene que ver con justicia, tiene que ver con política”, afirmó.
El caso de Zúñiga ha desatado un intenso debate político y jurídico en el país, y ahora se suma la preocupación por las condiciones de detención del exgeneral, que según su entorno más cercano, no solo están afectando su bienestar, sino que podrían poner en riesgo su vida.
