A orillas del lago Titicaca, las comunidades indígenas enfrentan un desafío doble: la contaminación y el impacto del cambio climático. Este lago, el más grande de los Andes y el más alto del mundo, se encuentra en peligro debido a la reducción de sus aguas y la acumulación de residuos industriales y domésticos.
Para los pobladores, los ciclos de la naturaleza eran predecibles, pero hoy en día las lluvias son escasas y las temperaturas más extremas. Gonzalo Pusari, dirigente de la comunidad Yumani, relata cómo su comunidad ha debido tomar medidas para gestionar residuos y preservar el agua en la Isla del Sol.
Los estudios científicos han demostrado que los afluentes del lago están contaminados con metales pesados y coliformes fecales, lo que ha acelerado la eutrofización del agua. La Autoridad Binacional del Lago Titicaca (ALT) advierte que la sobrepesca y la proliferación de algas han reducido drásticamente la biodiversidad del lago.
Las comunidades locales han tomado medidas para mitigar el impacto ambiental. Rosa Jalja, líder de la radio comunitaria Copacabana y activista, impulsa acciones de limpieza y educación ambiental con un grupo de mujeres que buscan proteger el lago. También han surgido iniciativas para utilizar plantas como la totora en procesos de filtración natural.
A pesar de la gravedad de la situación, los expertos sostienen que aún hay tiempo para revertir la crisis. Sin embargo, es urgente una acción conjunta entre Bolivia y Perú para aplicar soluciones tecnológicas y fortalecer la regulación ambiental. Mientras tanto, las comunidades continúan luchando para preservar el legado del lago Titicaca.