La crisis de los combustibles en Bolivia ha llegado a un punto crítico, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria del país. La falta de diésel y gasolina afecta gravemente al sector del transporte y la producción, especialmente en la cosecha de soja, un insumo clave para la producción de carne, cerdo, pollo y huevos.
Stello Cochamanidis, presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, ha afirmado que el Gobierno de Luis Arce es el principal responsable de la crisis por su falta de gestión en la provisión de hidrocarburos. Además, denunció que más de 200 cisternas están detenidas por la falta de pago, lo que ha exacerbado la escasez de combustible.
El Comité pro Santa Cruz ha convocado una reunión urgente con representantes del sector productivo, el transporte, gremialistas y autoridades provinciales para evaluar el impacto del desabastecimiento y definir posibles medidas de acción. Esta reunión, que se celebrará el jueves a las 18:00, tiene como objetivo garantizar el suministro de combustible a los productores para evitar una crisis alimentaria de grandes dimensiones.
Según Cochamanidis, si no se garantiza la cosecha de más de 2,5 millones de toneladas de soja, el país enfrentará una grave crisis alimentaria. La falta de combustible no solo afecta al transporte, sino que pone en riesgo la producción agrícola y ganadera que depende del abastecimiento de hidrocarburos.
El Comité Cívico no descarta tomar medidas de presión para exigir soluciones inmediatas al Gobierno. La incertidumbre sobre la provisión de combustibles ha generado largas filas en las estaciones de servicio, y los sectores económicos están en alerta máxima, esperando una respuesta concreta del Ejecutivo para evitar un colapso en la economía nacional.