El joven Julio L.T., de 20 años, ha sido enviado a la cárcel de San Pedro en La Paz con detención preventiva de cinco meses por el presunto homicidio de Francisco Marupa, de 67 años, líder de la comunidad Torewa. La medida fue dictada por el juez Adolfo Esteban Machicado, de la jurisdicción de Apolo, en el norte de La Paz, aplicando el artículo 251 del Código Penal.
Según los informes, el crimen se habría perpetrado el pasado domingo cuando, a tan solo 150 metros de la Rotonda de los Libertadores, el acusado interceptó a la víctima, quien se dirigía a su domicilio tras salir de su trabajo en la Cerámica El Lapachocuyo. Al resistirse la víctima, el joven habría ejercido violencia, apuñalándola y dejándola herida, lo que finalmente derivó en su fallecimiento. El denunciante en el caso es Daniel Julio Apaza Cantuta.
Cabe destacar que, pese a ser de competencia de las autoridades de La Paz, Julio L.T. fue retenido durante dos días en la Policía de Rurrenabaque (Beni). Este lunes 17 de febrero, el joven fue trasladado por vía terrestre a La Paz. Durante la audiencia de medidas cautelares, el acusado no emitió declaración alguna ni se refirió a la versión difundida en redes sociales («me enviaron a matarlo»).
Aunque algunos sectores han especulado que el móvil pudo haber sido un ajuste de cuentas o venganza, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, aseguró que el crimen se debió a «problemas personales», descartando su vinculación con temas de avasallamiento o minería ilegal. Sin embargo, dada la limitada comunicación en español del acusado —presuntamente de la etnia T’simanes—, activistas y comunidades originarias de la Amazonía boliviana han pedido una investigación imparcial e independiente, temiendo que existan nexos con la minería ilegal.
Francisco Marupa falleció hace una semana, y su cuerpo fue legalmente levantado el viernes 14 de febrero para ser sepultado este domingo. Las investigaciones continúan para esclarecer todas las circunstancias del crimen.