El expresidente de Bolivia, Evo Morales, denunció que las recientes acusaciones del Gobierno boliviano, que califican un ataque a su vehículo como un «autoatentado», forman parte de una campaña para inhabilitarlo políticamente de cara a las próximas elecciones. En una entrevista con Radio Kawsachun Coca, Morales expresó que el «pecado» que le costó ser víctima de un presunto atentado fue su participación en la “Marcha para liberar Bolivia”, que llegó a La Paz el 23 de septiembre.
El 27 de octubre, Morales sufrió un ataque mientras viajaba en un vehículo, incidente que resultó en el chofer del exmandatario herido. El Gobierno boliviano, a través del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, acusó a Morales de fingir el atentado para encubrir un intento de evadir un control policial. En respuesta, Morales defendió su versión de los hechos y mostró en redes sociales un video con imágenes del vehículo afectado, donde se evidencian al menos 14 impactos de bala.
Morales también se refirió a la reciente resolución del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que asignó la sigla del Movimiento al Socialismo (MAS) al ala «arcista». Según Morales, esta decisión es ilegal, ya que considera que los magistrados que la emitieron son «autoprorrogados» y carecen de legitimidad. El exmandatario subrayó que su ala, el “evista”, no reconocerá este fallo y continuará en la lucha por el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP).
«Todos están contra Evo Morales, sólo buscan atacar al rival electoral», comentó el exmandatario, quien acusó al Gobierno de llevar a cabo una campaña sucia en su contra, similar a las tácticas de la derecha. Morales añadió que, tras la marcha, enfrenta actualmente 15 procesos judiciales, lo que considera una estrategia para desprestigiarlo.