La escasez de diésel continúa afectando al transporte terrestre en Bolivia, y la Terminal Bimodal de Santa Cruz no ha sido ajena a esta crisis. Según Moisés Torres, vendedor de boletos en la terminal, de las 10 a 15 salidas diarias habituales hacia ciudades como La Paz y Cochabamba, solo entre tres y cuatro se están llevando a cabo debido a la falta de combustible. Esto representa una drástica reducción de hasta un 90% en las operaciones de transporte terrestre, especialmente afectando a quienes dependen de estos servicios para sus viajes.
Además de las reducciones en las salidas, los precios de los pasajes han aumentado considerablemente. Un viaje a La Paz, que antes costaba hasta 100 bolivianos, ahora tiene un precio de 220 bolivianos. Los pasajes a Cochabamba, por su parte, subieron de 50 a 131 bolivianos. Esto ha generado un fuerte impacto económico tanto para los transportistas como para los pasajeros, quienes ven cómo la crisis del diésel afecta directamente sus bolsillos.
Transportistas y pasajeros exigen una pronta solución a la falta de diésel para garantizar la normalización de los viajes y evitar mayores perjuicios económicos para ambos sectores.