Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, ha lanzado una advertencia sobre la creciente presión inflacionaria en Bolivia, proyectando que la tasa de inflación podría alcanzar hasta un 10% para finales de 2024. Esta alarmante predicción se basa en una combinación de factores económicos, políticos y sociales que están afectando al país.
Según Romero, Bolivia ya enfrenta una inflación interanual del 6,2% y una inflación acumulada del 5,53%. Sin embargo, la falta de medidas estructurales y temporales por parte del gobierno sugiere que esta tendencia alcista continuará. “Se espera que la inflación esté entre un rango de 7 a 9 por ciento, e inclusive no se descarta que hasta fin de año podamos llegar a una inflación acumulada del 10 por ciento”, afirmó el economista.
Entre los factores que contribuyen a esta proyección, Romero destacó el contrabando inverso, la crisis climatológica, la especulación y el agio. Además, señaló que los conflictos políticos y sociales en el país están exacerbando la situación, causando pérdidas millonarias debido a bloqueos y encareciendo los productos de la canasta básica familiar.
El economista también llamó la atención sobre la tradicional “inflación navideña” que ocurre a fin de año, cuando aproximadamente el 20% de la fuerza laboral recibe aguinaldos, inyectando una cantidad significativa de dinero en la economía. Este aumento en el gasto podría “sumar más fuego” a la situación inflacionaria actual.
