Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, ha lanzado una alerta sobre un fenómeno económico preocupante: la cotización del dólar ha alcanzado los 11 bolivianos con 35 centavos en Oruro, marcando una diferencia del 63% respecto al tipo de cambio oficial. Aunque esta cifra corresponde a una cotización informal y no debe considerarse como el tipo de cambio oficial, refleja una grave escasez de dólares y una demanda insatisfecha que afecta tanto al Banco Central de Bolivia (BCB) como al sistema financiero nacional.
Romero advierte que si no se toman medidas inmediatas, la situación podría empeorar. La disparada del tipo de cambio paralelo podría superar los 12 bolivianos en un futuro cercano, lo que representaría una amenaza seria para la estabilidad económica del país. La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) y el Banco Central de Bolivia deben actuar con urgencia para evitar un aumento descontrolado del tipo de cambio.
La devaluación del boliviano y la subida del tipo de cambio paralelo también tienen efectos significativos en la economía. Romero señala que la mayor inflación se refleja en el costo de bienes y servicios, con un impacto directo en la canasta básica familiar. La inflación ha superado la meta del 70% para el primer semestre de 2024, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos. Este incremento de precios requiere una intervención urgente para mitigar el impacto en la economía familiar.
Romero hace un llamado a la colaboración entre el sector público y privado para enfrentar la crisis. Es crucial implementar estrategias conjuntas para evitar que la escasez de dólares se agrave, estabilizar los precios y controlar la inflación. La situación económica actual, combinada con el año preelectoral, exige una respuesta efectiva para prevenir un descontento social mayor y asegurar la estabilidad económica del país.